El PP está podrido de una manera tan brutal que nadie es capaz de coger el bisturí y empezar a limpiar. Unos, como el propio Rajoy porque no sabe lo que se va a encontrar y teme acertadamente no tener autoridad suficiente para enfrentarse a la mafia interna; otros, como Arenas, porque tiene mucho que callar, y seguramente, quien fuera Secretario General y jefe directo de Bárcenas tendrá su propia historia en este drama siciliano, y la militancia y los dirigentes honestos porque simplemente no tienen fuerza, no pueden.Y mientras, ese partido en su caída intentando llevarse por delante a todo y a todos.
La derecha española siempre ha terminado perdiendo la paciencia y siempre ha reaccionado de la misma forma.
Esto último es lo verdaderamente grave y peligroso de lo que está pasando: el daño que en su defensa a la desesperada está haciendo la cúpula del PP a la Democracia y sus instituciones de manera irresponsable e injusta pero premeditada y culpable.
A nadie le sorprende la inconsistencia de Cospedal, ni la incapacidad de González Pons, ni la golfería pija del muñeco Costas, ni las payasadas histriónicas de Antonio Sanz. Sorprende y preocupa que todo el PP pretenda argumentar y defenderse usando exactamente el mismo lenguaje que la ultraderecha gilista o golpista y la ultraizquierda terrorista: gobierno al servicio de intereses distintos al del pueblo, jueces y fiscales sometidos al gobierno tirano, cuerpos y fuerzas de la seguridad del estado violentas y conculcadoras de los derechos de los detenidos, medios de comunicación que señalan las víctimas q después serán perseguidas... si quieren comprobarlo vayan la web de Democracia Nacional (http://democracianacional.org/dn/programa_dn/programa_dn.pdf) o lean uno de los cientos de zutaldes de Gara como reflejo del pensamiento de ETA
Pero expresarse como lo viene haciendo la cupula del PP sólo es tolerable en democracia cuando se hace aportando las pruebas por delante ante un tribunal o ante los ciudadanos. Si antes de deslegitimar las instituciones constitucionales no se aportan las pruebas que sustentan tan gravísimas afirmaciones se está atacando la Constitución y la esencia misma de la Democracia española. Se está buscando un nuevo orden, se están violentando las reglas del juego y justificando futuros ataques.
La derecha española siempre ha terminado perdiendo la paciencia y siempre ha reaccionado de la misma forma.
Esta situación exige una respuesta contundente por parte de la ciudadanía, de las propias instituciones,y del conjunto de los partidos políticos, empezando por el PSOE, que una vez más se queda bloqueado ante la vileza y la violencia de las estrategias del PP, como si no pudiera concebir lo que está oyendo o viendo en la derecha.
Y para estupor y preocupación de los demócratas, el PP lo está haciendo.
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