sábado, 22 de febrero de 2014

Mujeres libres

Hablemos claro. Muchos y, sorprendentemente, también muchas dirigentes del Partido Popular están dibujando un marco de referencia con el que encuadrar a las mujeres que abortan: frívolas, irresponsables, con escasa formación y sin recursos, incluso terroristas. Suena muy duro, sí, pero es la triste realidad que trata de inventar el Partido Popular. Solo hay que escuchar los supuestos razonamientos contra el aborto libre que usa la parlamentaria Esperanza Oña en el Parlamento andaluz o las declaraciones de la concejala del PP en el Ayuntamiento de Calasparra (Murcia) en las que equiparaba aborto y terrorismo.

Después están los marcos de referencia que estos dirigentes pretenden construir para enmarcar a quienes alzan su voz contra el despropósito que supone la reforma de la Ley del Aborto presentada por el ministro Gallardón: feministas rancias, radicales.

Sinceramente, no creo que todos los militantes del partido del Ejecutivo de Mariano Rajoy estén de acuerdo con la denostación irresponsable que se hace de las mujeres que por una razón u otra tienen que pasar por la experiencia terrible que seguramente para muchas de ellas representa la interrupción voluntaria del embarazo. Para las mujeres que tienen que abortar se trata de una elección que les resulta imprescindible y que ningún partido, ningún Gobierno, puede prohibir. No obstante, el hecho de que esos integrantes del PP, aun en desacuerdo, permanezcan en silencio, sin alzar su voz contra la reforma de Gallardón, o incluso levantando su mano en el Congreso para ampararla con su voto, les ha convertido en cómplices.

Detrás de todos estos falsos marcos de referencia que construye el PP para avalar sus continuas agresiones contra la esencia democrática de este país, se oculta también su deseo de dar nuevos bríos a sus minorías más radicales y retrógradas. En esta estrategia hay una clara voluntad de deformar la realidad para justificar lo injustificable y el resultado final de todo ello no es más que deconstruir nuestra sociedad, remodelarla a través de la retirada, uno tras otro, de los derechos ciudadanos, hasta que al final, solo quede el miedo. La derecha sabe que una sociedad sin derechos es una sociedad temerosa y que una ciudadanía con miedo es vulnerable y, en consecuencia, manejable. Por eso, no podemos rendirnos, no podemos bajar la guardia ni permitir un solo retroceso más en nuestra Democracia.

Ni irresponsables, ni incultas, ni terroristas, ni feministas rancias, señores y señoras del Partido Popular: mujeres libres que anhelan seguir viviendo en una sociedad libre.