miércoles, 20 de abril de 2011

ARENAS CONTRA ARENAS

Por mucho que se empeñe el PP, no hay partido. Arenas lleva semanas empecinado en marcarse goles en su propia puerta. Arenas, el delantero centro de la Quinta del Gürtel, no atina en sus disparos, ni con la izquierda, que tiene menos entrenada, ni a fuerza de derechazos, como nos tiene acostumbrados. Tampoco va bien de cabeza, porque es un jugador bicéfalo, con dos conceptos de juego, dos realidades que va intercambiando en función de sus intereses y que lo mantienen un tanto desquiciado.

Pero ¿Cuál es su verdadero problema? Pues que Arenas es un jugador de tercera en una liga que le queda grande. Su última jugada ha provocado una sonora pitada en las gradas. Incapaz de plantar cara al contrario respetando las reglas del juego, Arenas ha decidido echar al campo dos balones para multiplicar sus opciones, una estrategia que ha indignado hasta a sus compañeros de equipo. Hasta ahora, Arenas jugaba con el famoso balón de la bajada de impuestos, una propuesta que formaba parte de su decálogo de gobierno, un decálogo que ya es papel mojado, porque esta semana ha confirmado que incrementará los impuestos a todos los andaluces y andaluzas.

Arenas ha echado a rodar al campo un segundo balón, el de la subida de impuestos. Esta claro que, con uno, con dos, o con tres balones, Arenas pretende meterle un gol a los andaluces y andaluzas. Pero no lo va a conseguir, porque ya conocemos sus amagos.

Arenas se ha convertido en su peor enemigo en el campo. Se pone zancadillas a sí mismo, regatea sus propios planteamientos y, si hace falta, él mismo se va dando patadas en las espinillas. Cualquier artimaña de juego sucio con tal de provocar un penalti y ganar algún punto, aunque sea a costa de hacer el mayor de los ridículos.

Arenas quiere ganar a cualquier precio, lo demuestra cada día. No le importan ni la falta de rigor, ni el oportunismo. No le incomoda llevar la camiseta más populista, comportarse como un cínico, ni engañar a la gente. No se despeina si el tema de los ERE le explota en las manos, como ha ocurrido, al demostrarse que se beneficiaron cargos y amigos del PP. No se inmuta ante las declaraciones de Bárcenas, que lo situarían en la cúspide del comité que decidía los contratos con las empresas que levantaron el negocio sucio del Gürtel. Todo le da igual. Arenas calla, se ríe de todo y de todos.

Afortunadamente, a estas alturas del partido, con el marcador reflejando el vergonzoso resultado de cuatro derrotas electorales, Arenas está a punto de quedarse fuera de juego. Es muy posible, si se confirman las informaciones que estamos conociendo, que el árbitro le saque la tarjeta roja por el “Gürtel” y lo mande al banquillo.