sábado, 13 de diciembre de 2014

Andalucía contra el desempleo, a pesar del PP

Ahora que se acerca el final de este periodo de sesiones me gustaría reconocer aquí todo el esfuerzo que el Gobierno andaluz ha realizado para luchar contra el desempleo en Andalucía durante estos meses. Ese empeño y ambición han tenido un objetivo muy claro: romper con la carga histórica de contar en esta comunidad con una tasa de desempleo de dos cifras.

El Gobierno de la Junta de Andalucía ha querido acabar con la maldición del desempleo, con ese lastre que pesa sobre esta tierra, de forma valiente y decidida, poniendo todos sus esfuerzos en esa tarea. Desde el primer minuto, el Gobierno andaluz ha ido dando pasos firmes hacia la recuperación económica, el cambio de modelo productivo y la reducción de las dramáticas cifras de desempleo. Lo ha hecho con todas las opciones que tiene a su alcance y los datos sobre el paro de noviembre alientan a seguir por el mismo camino.

Este mes, Andalucía ha sido la CCAA donde más se ha reducido el paro, y explica el 65% de toda la caída nacional. En ese mes se han contabilizado en nuestra tierra 32.438 afiliados más a la seguridad social. Además, respecto al mes de noviembre de 2013, el paro ha descendido un 2,8% y hay casi 72.000 andaluces más de alta en la seguridad social, y es el segundo mayor aumento de todas las CCAA.

Pero detrás de todo este trabajo y de todo ese esfuerzo de la Junta de Andalucía, en unos momentos tan delicados como los que estamos viviendo, detrás de este proyecto para dar forma a una Andalucía más próspera. No se encuentra ni el Partido Popular andaluz ni el Gobierno de España. Donde deberían estar las fuerzas del principal partido de la oposición, donde deberían confluir el apoyo y el respaldo del Gobierno de España, está solo el Gobierno andaluz tirando de este pesado carro.

Pero de lo que aún no se ha dado cuenta el Partido Popular es de que cuando el señor Rajoy desprecia a Andalucía, cuando no la tiene presente en su agenda de prioridades o cuando nos ningunea, lo que de verdad está haciendo es lastrar el desarrollo de España.

Porque cuanto mejor le vaya a Andalucía, mejor para España y mejor para todos.

Es inaudito que el Gobierno central no haya escuchado a las comunidades autónomas antes de plantarse ante el señor Juncker en Bruselas para definir el nuevo escenario de inversión que se abre en la Unión Europea.

Como es igualmente inaudito que el presidente del Partido Popular andaluz se vaya a Bruselas a poner en duda sobre la gestión de los fondos europeos en Andalucía. Es un error y una indecencia que se vayan de visita a instituciones de la Unión Europea para hablar mal de Andalucía y sembrar sombras de sospecha sobre la gestión de los fondos europeos en una comunidad que se ha transformado precisamente por una buena gestión de los mismos.

Eso no es ser un buen andaluz, eso es practicar política canalla y es una pena que el Partido Popular andaluz, en vez de ir a Bruselas a respaldar las demandas del Gobierno andaluz sobre fondos para esta comunidad, vaya a ensuciar y arrojar basura y mentiras sobre el nombre de Andalucía.


domingo, 23 de noviembre de 2014

Andalucía, ese testigo incómodo para la derecha española

Andalucía se ha convertido en el auténtico contrapeso a las políticas de derecha y ultraconservadoras realizadas por el Gobierno de España y por las CCAA gobernadas por el Partido Popular. Somos un testigo incómodo porque estamos demostrando que existe otra forma de afrontar la crisis económica, sin destruir nuestra cohesión social, activando todas nuestras capacidades para impulsar el tejido productivo y la creación de empleo.  Y prueba de ello son los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2015.

Unos presupuestos de los que dependen muchas cuestiones cotidianas de vital importancia: dependen por ejemplo que 1.517 centros de atención primaria abran sus puertas cada mañana y atiendan en igualdad de condiciones a todos los ciudadanos. Dependen que cada mañana puedan abrir sus puertas  más de 4.850 centros educativos en Andalucía, así como las diez universidades públicas, que más de 100.000 profesores ejerzan su labor docente, que más de 175.000 niños y niñas tengan derecho a comedor escolar gratuito o transporte escolar….y que más de un millón de alumnos puedan estudiar sin tener que pagar por sus libros de texto. O que casi 200.000 personas reciban ayudas a la dependencia.

En Andalucía hay un proyecto político sólido. Una alternativa clara y radicalmente diferente a la derecha. Que desmiente a quienes dicen que solo cabe llevarse por delante los derechos de los ciudadanos.

En Andalucía hay un Gobierno cuya prioridad es activar todos los recursos disponibles para generar empleo, para generar riqueza, para mantener el estado del bienestar, para ayudar a las familias a salir adelante.

Y frente al Gobierno andaluz, una oposición sin rumbo. El Partido Popular andaluz NO tiene un proyecto de Comunidad Autónoma, ni alternativas para combatir el desempleo, ni propuestas para mejorar los servicios públicos, ni para ayudar a la familias.

El PP ha elegido volar por los aires su grupo parlamentario, y lo han dejado vacío de capacidad política. No creen en el Parlamento andaluz, y a la vista está. La dirección política de su partido ha huido. Queda casi un año y medio de legislatura y ya han tirado la toalla. Y además no nos explican sus opciones para poder cuadrar las cuentas, porque les da vergüenza decir alto y claro que no tienen proyecto propio, que su proyecto es el mismo que el de Rajoy para el resto de España, nada para la lucha contra la crisis, bajada de impuestos para los más ricos, recortes y privatización en educación, en sanidad, en servicios públicos… Y una reforma laboral, que como les ha dicho la Unión Europea es injusta e ineficaz.

EL PARTIDO POPULAR ANDALUZ NO TIENE PROYECTO PARA ESTA TIERRA. Ni lo tiene ahora, ni lo ha tenido nunca. Esa es la realidad y esa ha sido y será su condena política.

Mientras, el Gobierno andaluz tiene claro a dónde va y qué camino quiere recorrer. Es capaz de concretar sus propuestas y sabe cómo hacerlas posible. Y frente a quienes se quedan únicamente en el diagnóstico nosotros ofrecemos soluciones. Porque una cosa es predicar el cielo y otra cosa gestionar la tierra.





domingo, 9 de noviembre de 2014

EL CAMBIO TRANQUILO

La situación que está atravesando este país tiene unas dimensiones muy complejas, la profunda crisis económica que padecen la mayoría de los ciudadanos, el clima de desesperanza provocado por las altas tasas de desempleo, unido a todas las informaciones que se están produciendo en torno a determinados casos de corrupción política, están condicionando sobremanera la opinión que la ciudadanía tiene respecto a este país.

Los ciudadanos intuyen, y nos les falta razón, que hay que refrescar nuestra democracia y renovar el pacto entre la sociedad y las instituciones democráticas. Ante esa situación de distanciamiento, incluso de animadversión ciudadana hacia los partidos políticos, el PSOE tiene muy clara la gran responsabilidad que tiene por delante: dar respuesta a las profundas ansias de cambio que los ciudadanos están pidiendo en España. Somos conscientes de que lo que la ciudadanía reclama no es únicamente un cambio de partido político en el Gobierno, lo que la sociedad está pidiendo es un cambio mucho más profundo que tiene que ver con las estructuras básicas sobre las que se sustenta nuestra democracia.

El PSOE puede y va a ofrecer ese cambio a este país. Por eso, proponemos una modificación del  marco constitucional para adaptarlo a la nueva realidad y dar respuesta a las profundas ansias de transformación ciudadanas. Hay que revisar los consensos y las pautas que han regido este país durante las últimas décadas. Debemos caminar hacia una Constitución renovada que sea capaz de conectar con la nueva realidad de este país. Nuestra tarea debe ser en estos momentos diseñar con el pueblo español una nueva constitución política mas democrática, representativa y participativa, una nueva constitución económica que haga verdad la aspiración de que la economía se subordina al interés general, una nueva constitución social que blinde el estado del bienestar y los servicios públicos fundamentales de salud, educación y dependencia; una nueva constitución institucional que modernice y haga más eficientes y transparentes las instituciones del estado y por fin, una nueva constitución territorial federal que, desde el respeto a la diferencia, subordine a la igualdad de todos los españoles la construcción del proyecto común de España.

Los socialistas queremos comprometernos a que ese cambio en España venga de la mano del PSOE. Somos un partido que ha promovido y gestionado los cambios más importantes que ha vivido este país desde la llegada de la democracia. El PSOE es el partido que va a hacer posible esta nueva transición que ya estamos viviendo y poder canalizar así el cambio tranquilo que los ciudadanos están reclamando.


domingo, 12 de octubre de 2014

PGE 2015: La gran estafa


Los Presupuestos Generales del Estado  para el año 2015 son unos presupuestos falsos, ya que no consolidan ninguna recuperación, pero sí consolidan la crisis y sus efectos, porque perpetúan un modelo económico fracasado y deterioran la calidad de vida de más del 80% de los españoles, hipotecando el futuro de próximas generaciones. Estas cuentas son el reflejo de un modelo económico caduco y perverso, porque incrementa la desigualdad. No cambian el modelo de crecimiento, ahondan en los errores del pasado y no ayudan a las familias.

Los PGE para el 2015 deberían cumplir al menos tres objetivos:

En primer lugar, los Presupuestos deberían crear empleo, apoyar la reactivación económica y fortalecer el sistema productivo de este país.

Y sin embargo, no hacen nada de eso.

Pese a toda la propaganda gubernamental, el Gobierno no ha tomado medidas para cambiar el modelo de crecimiento, pues son de nuevo la construcción y la demanda interna las que tiran de la economía, mientras la aportación del sector exterior será negativa en 2014 y mínima en 2015, mientras la deuda pública y exterior siguen creciendo a niveles alarmantes.

El papel del Gobierno central debería ser un papel dinamizador, activo en la creación de empleo. La acción principal de este gobierno, que debería estar reflejada en estos presupuestos, sería poner en marcha planes de empleo urgentes. Hay hoy en España 3.300.000 personas paradas que no tienen ninguna protección. Es el mayor nivel de nuestra historia y llevamos instalados en él año y medio. Son casi 2 millones más de parados sin protección de los que  había en enero de 2010 y el Gobierno reduce el gasto en desempleo en más de 4.000 millones de euros, mientras implementa una reducción fiscal para las capas de ingresos más altas que cuesta casi lo mismo: unos 3.700 millones. Algo inasumible bajo cualquier circunstancia.

 

En segundo lugar, estos presupuestos tendrían que haber servido para garantizar la renta indirecta de todos los ciudadanos. Y garantizar que los derechos sociales básicos, como la educación y la sanidad pública, la protección por desempleo, las ayudas de las becas o la ley de dependencia pudieran mantenerse.

Y permitir de esta forma que las familias españolas no vieran disminuir su renta indirecta al tener que pagar de su bolsillo servicios básicos que deberían seguir siendo gratuitos. El Gobierno del PP ha decidido bajar los impuestos a los ricos, mientras rebaja ayudas y prestaciones a los demás, beneficiando al 10% de la población y perjudicando al 90% restante. Con la reforma fiscal se dejarán de ingresar 9.000 millones de euros, pero eso no va a servir para frenar la tijera de sus recortes. Se prevén 7.000 millones de euros de recorte en 2015 en Educación, Sanidad y Servicios Sociales.

 

En tercer lugar, estos presupuestos tendrían que haber servido para garantizar la estabilidad territorial y garantizar asimismo la igualdad de todos los ciudadanos, vivan donde vivan.

Estamos en un momento muy complicado desde el punto de vista del equilibrio territorial,  cuestionando y discutiendo sobre el sistema de financiación, viendo cómo las comunidades autónomas tienen enormes dificultades económicas para atender las necesidades de sus ciudadanos…y justo en este momento, el Gobierno central recorta más y más a las autonomías, exigiéndole un recorte del déficit mucho mayor del que se aplica a sí mismo el estado.

Mantienen a cualquier precio un sistema de financiación autonómico que, en manos del PP, está significando una máquina de generar agravios, perjudicando a unas CCAA y beneficiando a las suyas. Además, reparten injustamente el esfuerzo del déficit, el fondo de liquidez autonómico, asfixian con intereses a las CCAA y reparten injustamente el fondo de compensación interterritorial.

Ocurre igual con los Fondos de Convergencia, Andalucía tendrá que pagar 426 millones de euros de la liquidación de 2013,  mientras otras comunidades autónomas, muchas de ellas gobernadas por el PP, reciben cientos de millones de euros.

Y de nuevo, la derecha andaluza es una oposición que calla, que consiente, que agacha la cabeza ante las decisiones injustas de Rajoy y que sólo alza la voz para repetir las mismas consignas.

No hay argumentos para defender estas cuentas, por eso, con cada insulto, con cada acusación falsa, con cada mentira, el presidente del PP andaluz está demostrando su escasa talla política, igual que hicieron sus predecesores.

La derecha en Andalucía no aprende de sus errores.

 

viernes, 26 de septiembre de 2014

“Los andaluces volvemos a pagar la amargura de quien se presentó y no ganó, a base de discriminación y engaño”

La semana pasada conocimos de manera sorpresiva el nuevo varapalo que el señor Rajoy va a dar a las cuentas de esta comunidad autónoma. Estamos hablando de más de 400 millones de euros, 426 millones exactamente, que el Gobierno del Partido Popular obligará a Andalucía a devolver por la liquidación del sistema de financiación del año 2013.

Un nuevo tajo de 426 millones de euros que agravará la asfixia y dificultará la confección de los presupuestos para 2015.  Un nuevo ataque perpetrado con el uso de un instrumento como es los fondos de convergencia económica. Estamos ante una nueva traición de un Gobierno que, por la puerta de atrás, quiere llevarse el dinero de Andalucía para tapar bocas o contentar a los suyos. Como el caso de Valencia, dándole los 1.000 millones de euros que su presidente, el señor Fabra, que los pedía públicamente hace unos días… o a Cataluña, para intentar tapar otro tipo de problemas que no saben ustedes arreglar de otra manera.

Me pregunto dónde está el Partido Popular andaluz, por qué no alzan la voz ante este atropello.
Una vez más, se equivocan.

Como se equivocaron cuando en 1996 el señor Aznar borró de un plumazo 400.000 andaluces para no pagar lo no que nos correspondía. De un plumazo quitaron a 400.000 andaluces del censo, mientras el señor Rajoy era ministro de administraciones públicas y el señor Arenas, ministro de Trabajo

Está claro que cada vez que las encuestas han pronosticado una “trepidante victoria" del PP en Andalucía y luego no ha pasado, como ocurrió en 1996 y en 2012, el PP ha puesto en marcha el axioma de si no arraso en Andalucía, arraso con Andalucía. Y eso se puede comprobar en ambos casos: tanto en la discriminación a la hora del reparto de la financiación como en los múltiples recursos al Tribunal Constitucional (TC) presentados contra las políticas aplicadas en esta comunidad. Y así, los andaluces tenemos que pagar la amargura de quien se presentó y no ganó a base de discriminación y engaño.


Pero ni el Grupo Parlamentario Socialista ni el Gobierno andaluz van a consentir semejante atropello, exigimos al Gobierno central que convoque una reunión urgente de la Comisión Mixta para asuntos económicos y fiscales.

Porque queremos saber cómo han hecho  el reparto, que nos los expliquen, que nos den razones y argumentos. Aunque estamos plenamente convencidos de que no hay ni una sola razón para este ataque contra los intereses de Andalucía.


sábado, 13 de septiembre de 2014


LA TENTACIÓN AUTORITARIA DEL PP

La crisis económica que padece nuestro país está teniendo unas repercusiones que van más allá de lo puramente económico y social y que afectan de lleno a la propia arquitectura de nuestro sistema democrático.

La situación económica ha sido la excusa perfecta, la gran oportunidad histórica que ha encontrado la derecha para imponer su visión de España y del Estado Español.  Y lo está haciendo, aplicando permanente el rodillo y actuando de manera despótica.

Desde que gobierna el PP, han aflorado los instintos depredadores de la derecha hacia el Estado Social, en forma de maltrato económico, imposición de recortes de derechos sociales, y limitaciones a las libertades civiles.  Decisiones que han provocado una fuerte reacción ciudadana, en forma de mareas, de plataformas y de iniciativas ciudadanas.

Y ante esta reacción social, el PP ha empezado a ponerse nervioso, muy nerviosos. Los resultados en las elecciones europeas han hecho saltar las alarmas en la calle Génova. Y una vez más, el PP ha caído en la tentación autoritaria, planteando un cambio de la Ley Electoral a pocos meses de unas elecciones.

Este intento por cambiar las reglas de juego, tenía una razón: El PP sabe que en las próximas citas electorales va a perder poder municipal y poder autonómico, y que de ese modo, se estarán creando los cimientos de la gran derrota de las políticas de la derecha.

En vez de escuchar a la ciudadanía, en vez de gobernar para ellos, en lugar de corregir y reorientar las líneas de su acción política, la respuesta de la derecha ha sido, una vez más, caer en la tentación autoritaria.

 El intento de imponer un sistema de elección en el ámbito municipal sin acuerdo político y a pocos meses de las elecciones municipales es peligroso y, sobro todo, muy perjudicial para la salud de nuestra democracia.

Con este cambio, que de momento parece que van a aparcar, la derecha trataba de deslegitimar la democracia municipal. Por primera vez en la historia de nuestra democracia querían clasificar el voto, que hubiera votos que valieran más que otros. Votos mayoritarios y votos que no lo son. Por primera vez los alcaldes no saldrían de la decisión de la mayoría de los ciudadanos, y por lo tanto, serían alcaldes ilegítimos, alcaldes sin la legitimidad democrática, sin el respeto y sin la consideración de sus vecinos.

Desde el PSOE estamos dispuestos a hablar de cualquier cosa que mejore la democracia en nuestro país, es más, es algo que están demandando los ciudadanos, de manera contundente, pero siempre que ese debate se produzca en un marco de diálogo y dentro del entendimiento entre las fuerzas políticas.

Así lo hemos expresado en los contactos que, a nivel nacional, se han producido en torno a esta materia.  El camino no es, desde luego, el que empezó el PP, amenazando con imponer los cambios, de forma unilateral, sin poner sobre la mesa su propuesta, generando confusión, incertidumbre…

En aras al bien general, los socialistas no estamos en contra de reformar lo que haga falta. Y más si estamos hablando de la legislación electoral y si con su modificación podemos dar respuesta al ansia ciudadana de más y mejor democracia, representatividad y estabilidad de las instituciones. Pero siempre que se trata una materia tan delicada, hay que garantizar el diálogo, la participación, buscando el máximo consenso posible para garantizar así la mayor legitimidad democrática. Habría mucho que analizar, mucho que profundizar, que hablar y valorar para medir la idoneidad, el sentido y las consecuencias de una modificación de este marco legal.

Porque cuando se trata de cambiar las reglas de juego, la mayoría no es suficiente. El abuso de la mayoría absoluta puede convertirse en absolutismo.

Desde el PSOE de Andalucía, entendemos que hay cuestiones infinitamente más urgentes, que responden al interés general y que deberían ser prioritarias en la agenda política.

Dice la derecha que el cambio que plantean responde un clamor popular, pero  lo que España está pidiendo a gritos es empleo, y que se acaben los recortes de derechos en nuestra sociedad. Ése es el clamor que hay en la calle y no que se lleve a cabo una reforma que es una auténtica cacicada.

También en este ámbito, el del empleo, el PP se ha comportado de un modo despótico, se ha valido de su mayoría absoluta para imponer una reforma laboral salvaje, que ha empobrecido a los trabajadores, recortando salarios y derechos, y despojándolos de un instrumento muy valioso, la negociación colectiva.

El PP sigue sin darse cuenta de que el pacto más urgente en nuestro país debe tener como eje central el empleo y la reactivación económica.

Finalmente, gracias a la respuesta ciudadana y a la posición firme del PSOE, la reforma electoral del PP va a quedarse en el cajón. Pero sólo el mero hecho de haber intentado alterar las reglas del juego de este modo, es muy grave y constituye una señal de ese autoritarismo latente que pervive en el PP.

sábado, 5 de julio de 2014

"La crisis actual, antes que una crisis política y económica, es una crisis humana", Blas Infante, 1920.

Si existe un una palabra que pueda resumir el pensamiento de Blas Infante, esa es la LIBERTAD.

Su ideal sigue vivo HOY en el pueblo andaluz y, en todos los que luchan cada día por esta tierra, para liberarla de sus problemas, complejos, suficiencias y ataduras.
La libertad no la tienen los que no tienen su sed, dijo Rafael Alberti. Y el pueblo andaluz siempre ha estado sediento de ella.

Porque Andalucía es un pueblo solidario, de hombres y mujeres libres que creen en una sociedad justa, consciente de que la libertad es la base de la igualdad.
Los socialistas venimos trabajando por una sociedad libre, humana, solidaria. Una Andalucía habitable. Donde no haya pobres a costa de los poderosos, donde las personas no pierdan su casa ni su dignidad, donde los niños puedan comer dignamente tres veces al día y donde la educación y la sanidad sean igual para todos.

Hoy, Blas Infante sigue presente, su lucha es la nuestra y sus palabras sobre la crisis de 1920 suenan ahora con la misma fuerza: "La crisis actual, antes que una crisis política y económica, es una crisis humana". En esa lucha por humanizar las respuestas a una crisis económica estamos ahora.

En el proyecto infantiano se refleja la necesidad de una finalidad política para cambiar las estructuras de poder, más allá de propuestas económicas y culturales, las cuales, aún por necesarias, no solucionan por sí mismas los problemas existentes.

La importancia de la POLÍTICA CON MAYÚSCULAS, como motor para cambiar la realidad, como única forma de construir un espacio de convivencia. Los socialistas andaluces creemos firmemente en el sentido de la política y su capacidad para mejorar la vida de los ciudadanos. Hemos decidido abrir puertas y ventanas, apostar por la transparencia, dejar que entra la luz en las administraciones, para que los ciudadanos y ciudadanas sean conscientes de que son partícipes y piezas fundamentales del proyecto común.

Blas Infante fue un ejemplo de insobornable fidelidad y pasión por Andalucía. Y hoy ya sabemos que la autonomía no es sólo un himno, una bandera o unas instituciones públicas, sino también una propuesta de convivencia y de solidaridad, en la que no caben recelos o enfrentamientos.  Tenemos el deber de poner a Andalucía por delante y convertirla en una indiscutible prioridad para todos. Para ello, necesitamos continuar profundizando en nuestra autonomía y en nuestra singularidad política y cultural.

Y eso sólo es posible si disponemos de los recursos económicos necesarios y contamos con el apoyo y el respeto del Gobierno central. Debemos defender un sistema de financiación autonómica justo que nos permita seguir construyendo un modelo de convivencia solidario y equilibrado. Donde todos y todas tengamos los mismos derechos y las mismas oportunidades.

Para eso, también es necesario que los partidos políticos del arco parlamentario andaluz estén a la altura de lo que esta sociedad merece.

Con estos ideales, los socialistas conmemoramos esta mañana el nacimiento del padre de la patria andaluza y justo hoy, el Partido Popular andaluz, muestra su peor cara. No es tolerable la falta de respeto que el Partido Popular ha mostrado al Parlamento y a la figura de Blas Infante. Es algo que no tiene precedente, querer convertir este acto en homenaje a Blas Infante en un mitin político, muy  lejos del respeto que se merece. El PP es un partido político que únicamente plantea debates estériles y crea conflictos cuando lo que debe primar es el respeto y la lealtad institucional. Es un partido ridículo, con preocupaciones ridículas, alejadas completamente de las de los ciudadanos. Y pone de manifiesto, una vez más, que la derecha andaluza está muy lejos de lo que Andalucía necesita.