Ahora
que se acerca el final de este periodo de sesiones me gustaría reconocer aquí
todo el esfuerzo que el Gobierno andaluz ha realizado para luchar contra el
desempleo en Andalucía durante estos meses. Ese empeño y ambición han tenido un
objetivo muy claro: romper con la carga histórica de contar en esta comunidad
con una tasa de desempleo de dos cifras.
El
Gobierno de la Junta de Andalucía ha querido acabar con la maldición del
desempleo, con ese lastre que pesa sobre esta tierra, de forma valiente y
decidida, poniendo todos sus esfuerzos en esa tarea. Desde el primer minuto, el
Gobierno andaluz ha ido dando pasos firmes hacia la recuperación económica, el
cambio de modelo productivo y la reducción de las dramáticas cifras de
desempleo. Lo ha hecho con todas las opciones que tiene a su alcance y los
datos sobre el paro de noviembre alientan a seguir por el mismo camino.
Este
mes, Andalucía ha sido la CCAA donde más se ha reducido el paro, y explica el
65% de toda la caída nacional. En ese mes se han contabilizado en nuestra
tierra 32.438 afiliados más a la seguridad social. Además, respecto al mes de
noviembre de 2013, el paro ha descendido un 2,8% y hay casi 72.000 andaluces
más de alta en la seguridad social, y es el segundo mayor aumento de todas las
CCAA.
Pero
detrás de todo este trabajo y de todo ese esfuerzo de la Junta de Andalucía, en
unos momentos tan delicados como los que estamos viviendo, detrás de este
proyecto para dar forma a una Andalucía más próspera. No se encuentra ni el
Partido Popular andaluz ni el Gobierno de España. Donde deberían estar las
fuerzas del principal partido de la oposición, donde deberían confluir el apoyo
y el respaldo del Gobierno de España, está solo el Gobierno andaluz tirando de
este pesado carro.
Pero
de lo que aún no se ha dado cuenta el Partido Popular es de que cuando el señor
Rajoy desprecia a Andalucía, cuando no la tiene presente en su agenda de
prioridades o cuando nos ningunea, lo que de verdad está haciendo es lastrar el
desarrollo de España.
Porque cuanto mejor le vaya a Andalucía,
mejor para España y mejor para todos.
Es
inaudito que el Gobierno central no haya escuchado a las comunidades autónomas
antes de plantarse ante el señor Juncker en Bruselas para definir el nuevo
escenario de inversión que se abre en la Unión Europea.
Como
es igualmente inaudito que el presidente del Partido Popular andaluz se vaya a
Bruselas a poner en duda sobre la gestión de los fondos europeos en Andalucía. Es
un error y una indecencia que se vayan de visita a instituciones de la Unión
Europea para hablar mal de Andalucía y sembrar sombras de sospecha sobre la
gestión de los fondos europeos en una comunidad que se ha transformado
precisamente por una buena gestión de los mismos.
Eso
no es ser un buen andaluz, eso es practicar política canalla y es una pena que el Partido Popular andaluz, en
vez de ir a Bruselas a respaldar las demandas del Gobierno andaluz sobre fondos
para esta comunidad, vaya a ensuciar y arrojar basura y mentiras sobre el
nombre de Andalucía.