domingo, 26 de septiembre de 2010

La memoria que avergüenza al PP de Arenas

Esta semana se ha aprobado el Decreto con el que la Junta de Andalucía busca restituir y desagraviar a las mujeres andaluzas que fueron represaliadas durante la dictadura. Se trata de un reconocimiento histórico, un gesto que la sociedad andaluza aún tenía pendiente con unas mujeres cuyo testimonio fue durante años silenciado, unas víctimas en la sombra que, además de ser perseguidas y maltratadas, fueron sometidas al escarnio público, a la burla y la humillación, con el único propósito de sembrar el miedo entre sus semejantes.

Porque el miedo y la vergüenza son armas paralizantes. Aquellas mujeres fueron maltratadas en represalia (la mayoría de ellas no lo fueron por motivos ideológicos, sino por ser madres, esposas, o hermanas de aquellos que lucharon por defender la Democracia) y con un fin vergonzante. Fue una represión a la carta, diseñada para destruir moralmente a las mujeres, porque hubo un componente de discriminación, de violencia machista en la represión por parte de la ultraderecha. Hubo una especialización en las técnicas del terror para ensañarse especialmente con las mujeres. En una visita reciente a la Casa-Museo de Blas Infante, pude ver unas imágenes en las que Queipo de Llano daba instrucciones a sus tropas para que violaran a las mujeres de la República, para enseñarles lo que eran “verdaderos hombres”. Los crímenes machistas no son exclusivamente cosa del presente.

Esta semana, algunos han tenido que enfrentarse a una verdad a contrapelo. Las voces más broncas de la derecha de Andalucía se han arremolinado para criticar esta medida, para tildarla de ofensiva y discriminatoria. El PP ha llegado a considerarla “vomitiva”, lo que nos demuestra que la sombra de aquel régimen que nos atenazaba aún es alargada, porque todavía cobija a espíritus cobardes que se muestran comprensivos con aquella maquinaria del terror. Esta semana, Arenas ha tratado de esconderse, ha evitado decir lo que piensa y su silencio cómplice le sitúa en una peligrosa indefinición. Demostrando un profundo sectarismo, Arenas ha huido, como hace siempre, para no enfrentarse a una crítica que esconde un profundo desprecio a nuestra tierra y una negación de los derechos y la capacidad normativa de Andalucía.


Desde algunos medios de comunicación también se ha reaccionado con virulencia. Especialmente bochornoso fue el titular que el diario El Mundo eligió para referirse a esta iniciativa, un titular ofensivo y cruel hacia las mujeres represaliadas, carente de la más mínima ética periodista.

Le pese a quien le pese, esta semana, Andalucía ha hecho memoria en cumplimiento de sus leyes. Los socialistas andaluces hemos impulsado este gesto en recuerdo de aquella realidad y para mostrar el mayor de nuestros respetos a sus protagonistas. Creemos que es de justicia, que corresponde a las instituciones andaluzas devolver a aquellas mujeres, siquiera en parte, la dignidad recortada a tijeretazos por la mano de aquellos asesinos.

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