Es lamentable ver como el PP se adueña a menudo de los símbolos de todos y de todas (banderas, escudos, etc), en un intento desesperado por parecer más patriota que nadie, y en momentos en los que debería arrimar el hombro se limita a decir que todo va mal.
Parece que cuanto peor le vayan las cosas a este país, mejor le irá al Partido Popular. Hay muchos, demasiados ejemplos, de que los dirigentes del PP actúan de manera oportunista, aunque sepan que de ese modo no benefician la marcha de nuestro país.
En una situación económica global tan complicada, como la que vivimos en estos momentos, hay un aspecto fundamental que no debe perderse de vista. Cuantos más mensajes catastrofistas, más desconfianza en la ciudadanía, y cuanta menos confianza, más grave puede ser la situación. El uso del alarmismo por parte del PP es una muestra más de la irresponsabilidad con la que suele afrontar los temas de envergadura este partido.
La respuesta adecuada a una crisis desde los responsables públicos está lejos de ser una sucesión de declaraciones orientadas exclusivamente a desgastar al adversario. La respuesta está en la búsqueda de soluciones y en establecer las garantías para que todas las medidas necesarias para alcanzarlas se lleven a cabo.
Ya lo dije anteriormente, en mi opinión es el momento del diálogo social, del impulso de la inversión pública, tal y como se está haciendo desde el Gobierno central, la Junta y la Diputación Provincial, fundamentalmente. Es momento también de promover cuantas acciones podamos para incentivar el empleo.
Por cierto, precisamente para políticas de empleo eran los casi 2 millones de euros provenientes de fondos europeos que el alcalde del PP, Pedro Rodríguez, no ha pagado a los ayuntamientos beneficiarios de estos programas. Y sigue sin dar una explicación.
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