Ha pasado ya una semana desde la detención del ex alcalde de Aljaraque, Juan Manuel Orta, del PP, de su ex concejal de Urbanismo, Casto Pino, la mujer de éste último y un socio, por un posible delito fiscal y de blanqueo de capitales. Ha pasado una semana y el máximo representante del Partido Popular en la provincia de Huelva no ha abierto la boca al respecto. A preguntas de los periodistas interesados en conocer su opinión sobre lo ocurrido Pedro Rodríguez respondía que no hablaba de ese tema.
He insistido en mis intervenciones sobre este asunto en el respeto, como no podría ser de otra manera, de la presunción de inocencia de estas personas, pero esto no impide que se requiera una explicación política, porque el PP ha gobernado en este municipio en los últimos 12 años. Puedo entender por ello el malestar de simpatizantes del Partido Popular avergonzados por que su presidente provincial prefiera estar escondido.
Pedro Rodríguez nos tiene lamentablemente acostumbrados, tanto como alcalde de la ciudad de Huelva que como presidente provincial del PP, a huir de situaciones en las que no se siente cómodo porque no le reportan ningún rédito claro. Pero en este caso debería tener en cuenta que, sin perder de vista la presunción de inocencia, está en juego la dignidad de la acción política en esta provincia, porque entre todos debemos aislar este tipo de hechos. Y es preciso también que quienes tienen la posibilidad de hacerlo dejen claro cuanto antes que las posibles irregularidades en Aljaraque es una excepción y no una regla en el comportamiento de los cargos del PP.
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