Aquellas palabras lanzadas por jóvenes a Zapatero en 2004 ("¡¡no nos falles!!") resurgen ahora con la canción de Tequila (preciosa por cierto) 'Que el tiempo no te cambie', usada por el PSOE en esta precampaña. En el ambiente de la Conferencia Política celebrada este fin de semana en Madrid podía percibirse que realmente Zapatero no ha fallado; creo que ni a los jóvenes, ni a la mayoría de los españoles que le dieron su confianza hace cuatro años.
Su discurso en el acto de clausura del pasado domingo puso de relieve hasta qué punto nuestro secretario general ha ido cumpliendo uno a uno todos los compromisos que había adquirido en la campaña que le aupó a la Presidencia del Gobierno. La sociedad española es ahora más moderna, más libre, más igualitaria, más innovadora...
Me gustó además especialmente su alusión a Andalucía como referente de progreso. No en vano, el cambio que ha dado esta comunidad autónoma, de manera más acentuada en estos cuatro años es espectacular.
Pero debemos dejarnos de autoconfianza, porque nuestro principal adversario no es precisamente un PP que ha dado un giro hacia las posiciones más ultras de la derecha y que se encuentra desmembrado, dividido, frente a un PSOE cohesionado, más unido que nunca. Nuestro principal enemigo está en la desmovilización del electorado, en creer que todo está ganado. No lo estará si el 9 de marzo no conseguimos convencer a los andaluces, andaluzas, españoles y españolas en general, de que no pueden dejar que otros voten por ellos y por ellas, que tienen que acudir a las urnas.
Su discurso en el acto de clausura del pasado domingo puso de relieve hasta qué punto nuestro secretario general ha ido cumpliendo uno a uno todos los compromisos que había adquirido en la campaña que le aupó a la Presidencia del Gobierno. La sociedad española es ahora más moderna, más libre, más igualitaria, más innovadora...
Me gustó además especialmente su alusión a Andalucía como referente de progreso. No en vano, el cambio que ha dado esta comunidad autónoma, de manera más acentuada en estos cuatro años es espectacular.
Pero debemos dejarnos de autoconfianza, porque nuestro principal adversario no es precisamente un PP que ha dado un giro hacia las posiciones más ultras de la derecha y que se encuentra desmembrado, dividido, frente a un PSOE cohesionado, más unido que nunca. Nuestro principal enemigo está en la desmovilización del electorado, en creer que todo está ganado. No lo estará si el 9 de marzo no conseguimos convencer a los andaluces, andaluzas, españoles y españolas en general, de que no pueden dejar que otros voten por ellos y por ellas, que tienen que acudir a las urnas.
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