No las cifras del desempleo, no la destrucción de empresas, no las reformas económicas estructurales urgentes, no la corrupción absoluta del Partido Popular, ni la financiación de las corporaciones locales, ni la integración de la inmigración, ni la lucha contra la violencia.. en fin, nada de lo fundametal, nada de lo nuclear, sí algo que sólo debía importarle a una junta general de accionistas y a la Oficina del Portavoz del Gobierno. Pero indudablemente no es así. Y pienso yo que el ciudadano pasmado creerá que todo el mundo está loco o que simplemente se han olvidado unos y otros de él tanto en su condición de público con derecho a una información objetiva como en su condición de ciudadano que quiere una respuesta de los poderes públicos (gobierno y oposicion) ante las dificultades de cada día.
Que un gobierno aspire a la autonomía plena es comprensible e indispensable en una verdadera democracia, que un grupo empresarial aspire a la maximización de sus beneficios en el marco de la ley no es objetable, que ambas aspiraciones no sea compatible entre actores tan curtidos y con tanta experiencia no se lo cree nadie, salvo que haya algo más.
¿Siguen teniendo los partidos politicos ideología? Y los medios de comunicación, ¿siguen teniendo línea editorial? ¿Es posible la coincidencia respetuosa y no impuesta en la visión del mundo entre la ideología de un partido que sustenta un gobierno y la línea editorial de un grupo de comunicación? Yo afirmo que sí. No se concibe el 'drama' de la democracia sin medios de comunicación en el reparto y con un papel destacado. Es más, los medios son pilar de la democracia como garantes de derechos constitucionales y también como control al ejercicio del poder por el gobierno y también como plataforma indispensable para las propuestas y envites de la oposición que legítimamente aspira.
De todas formas, las relaciones entre los medios y los gobiernos no se dan sólo en el terreno de las ideas, ni dentro de la normal dialéctica de la acción gubernamental y la comunicación, sino que tiene un importantísimo componente empresarial. Y ahí nadie puede aspirar a beneficiarse de la arbitrariedad, ni el gobierno legislando ni las empresas esperando legislación a la carta que beneficie sus intereses.
Por lo tanto, ni arbitrariedad ni imposición, esperadas ni ejercidas. y sobre todo altura de miras. El panorama de medios de España es un reflejo exacto de su arquitectura sociológica y política. Mayoría progresista y fragmentada con luchas destructivas y minoría conservadora que se alimenta de la unidad de sus huestes y de la incapacidad de acordar de los progresistas.
Es indispensable impulsar la unidad de acción entre el Partido Socialista y los medios de comunicación de línea progresista para desde el respeto y la autonomía servir a la mayoría social de este país que se define de centro-izquierda, que no entendería más enfrenteamientos y que sería la gran perjudicada si fruto de este alejamiento la derecha terminara llegando al poder.
¿O es que ya no nos acordamos de Urdaci, Miguel Ángel Rodríguez, de la Telefónica Goebbeliana, del caso Sogecable...?
